1. Si el Hijo y el Espíritu proceden de una misma causa, es decir, del Padre (aunque el Espíritu proceda de una misma manera, mientras que el Hijo procede de una misma generación), y si, como dice esta blasfemia, el Espíritu procede también del Hijo, ¿por qué no destruir simplemente el Verbo y propagar la fábula de que el Espíritu produce también al Hijo, concediendo así a cada hipóstasis la misma igualdad de rango, permitiendo que cada hipóstasis produzca a la otra? Si cada hipóstasis está en la otra, entonces necesariamente cada una es causa y complemento de la otra, pues la razón exige igualdad para ambas hipóstasis, de modo que cada una de ellas intercambie la gracia de la causalidad indistintamente.

2. Otros reconocen que la generación del Hijo no perjudica la inefable simplicidad del Padre. Pero como se afirma que procede de dos hipóstasis, el Espíritu es llevado a una doble causa, con lo que se oscurece la simplicidad del Altísimo. ¿No se sigue de esto que el Espíritu es, por tanto, compuesto? ¿Cómo es, entonces, simple la Trinidad?

San Focio el Grande
Mistagogia del Espíritu Santo

San Focio el Grande

Mistagogia del Espíritu Santo

Sobre las afirmaciones de las enseñanzas sagradas que afirman que, así como el Hijo es engendrado únicamente por el Padre, así también la teología apropiada sobre el Espíritu Santo es que procede de una sola y misma causa; y también sobre el dicho de que, puesto que es de una misma esencia con el Hijo, procede también de Él.

1. Hay varios argumentos, dispersos en muchas y largas disertaciones, que refutan la arrogancia de esos hombres contenciosos que se aferran a la injusticia y luchan contra la verdad. Ya que tu gran celo y amor por Dios ha pedido que esos argumentos correctivos, proporcionados por ladivina
providencia , se reúnan en un panorama y esquema general, este objetivo no es ciertamente indigno de tu deseo y amor piadoso.

1. Sobre todo, hay una palabra del Señor que se les opone como una flecha aguda e ineludible, que golpea y destruye a toda bestia salvaje y zorro como si fuera un rayo. ¿Qué palabra? La que el Hijo mismo pronuncia; ¿Qué otra cosa podría servir para refutar por completo vuestro celo impío? Si despreciáis las leyes del Señor, ¿qué hombre piadoso no aborrecerá vuestra opinión? ¿Qué otra cosa podría levantaros de vuestra caída? ¿Qué otro método de curación curará vuestras heridas mortales, no causadas por la palabra del Salvador, sino por vuestra propia enfermedad, que por desobediencia se obstina en transformar la medicina de la doctrina del Señor en un veneno nocivo? La doctrina del Salvador no sólo toca estas heridas, sino que las penetra profundamente y cura todo el cuerpo de llagas con cuidado y solicitud. No hemos lanzado contra vosotros con demasiada frecuencia la espada de dos filos del Espíritu [las Sagradas Escrituras], sin embargo, por el afecto de nuestro Maestro común, haremos una pronta y voluntaria prueba de nuestras sagradas concepciones, y nos armaremos completamente, preparando una estrategia y trazando un orden de batalla. Y así escaparemos sin ansiedad de estas heridas vuestras.

San Teodoro de Estudios describe la vida monástica en el viaje de un alma. Pero, este camino de cada ser humano, si ha de realizarse en el espíritu de Cristo, debe realizarse en unión con todas las personas de todos los tiempos. Como señala San Basilio el Grande, la vida monástica es la lucha de un equipo de atletas espirituales, que involucra los esfuerzos humanos comunes de individuos que son miembros de una gran familia humana, miembros del cuerpo místico de Cristo. Unidos en tales grupos, los que profesan el monaquismo se dirigen, como grupos de peregrinos, hacia la Jerusalén celestial.

Typicon monástico

Un monje es aquel que está separado de todos y que está en armonía con todos.

Evagrius Ponticus

"Hombres galileos, ¿por qué miráis al cielo? Este Jesús que subió de vosotros al cielo, así vendrá, tal como le habéis visto subir al cielo". - (Hechos de los Santos Apóstoles 1, 11)

Tenga en cuenta que la creencia en Jesucristo y la creencia en la reencarnación son incompatibles. La reencarnación contradice las enseñanzas y la obra del Salvador Jesucristo. Además, la enseñanza de la resurrección de los muertos y el juicio final presentado por Dios no tendría sentido si la reencarnación fuera cierta.

La reencarnación se considera un engaño que dirige a las almas al infierno, según la creencia ortodoxa. Es importante permanecer firmes en la fe ortodoxa.

Para quienes se han alejado de la ortodoxia y de la Iglesia, siempre es posible regresar, porque Dios es misericordioso y acoge con agrado a quienes se arrepienten.

☦️ El embajador cristiano ortodoxo "

"En los últimos años, cada vez más personas afirman firmemente que la reencarnación se menciona en la Biblia y que la Iglesia nos oculta esta importante verdad. Estos no son más que rumores satánicos, propagados por los descarriados, que intentan arrastrar a otros a su propio extravío.

No todos son conscientes y por supuesto no lo hacen a propósito porque no lo ven como algo demoníaco. Son gente sencilla que llegó a aceptar esta herejía porque la encontraba agradable y prefirió transmitirla a otros sin pensar en las consecuencias.

No quiero exagerar, pero la cantidad de personas con las que he discutido este tema es de decenas. La mayoría apela al caso de San Juan Bautista. Dicen que es la reencarnación del Santo Profeta Ilia el Tesvita. Un argumento pobre en lógica, procedente de la corriente "New Age".

Vienen y te citan el versículo: "Y si entiendes, él es Elías el que ha de venir". - (Mateo 11, 14). De esto dedujeron que en la Biblia se menciona la reencarnación y que Juan sería, en realidad, Elías. Un poco cómico, pero especialmente trágico, escuchar semejante horror en boca de tanta gente.

En primer lugar, San Elías fue elevado al cielo en cuerpo y también en cuerpo volverá a la tierra, teniendo la misión de devolver a los hombres a Cristo en los tiempos apocalípticos, desenmascarando al Anticristo, delante de los pueblos y sólo después. saboreando el martirio.

A Juan el Bautista se le compara con Elías porque tenía una misión similar a la de Elías en los tiempos del Antiguo Testamento, pero Juan no es Elías. Sin opiniones personales ni ideas pervertidas, solo mostrarte lo que dice la Biblia.

"E (Juan) irá delante de Él (Cristo preparando su camino) con el espíritu y poder de Elías, para hacer volver el corazón de los padres a los hijos y a los desobedientes a la sabiduría de los justos, para preparar un pueblo preparado para la Caballero." - (Lucas 1, 17)

"Y le preguntaron a Juan: ¿Pero quién eres tú? ¿Eres Elías? Él dijo: No lo soy. ¿Eres el Profeta? Y él respondió: No." - (Juan 1, 21). Para quienes tengan dudas, los invito a buscar en las escrituras del Nuevo Testamento para aclararlas.

Por el contrario, la Sagrada Escritura nos muestra que la reencarnación es una mentira, como lo es la teoría de la evolución y muchas otras concepciones erróneas. Tenemos referencias claras y fáciles de entender para todo aquel que quiera entender y llegar a la luz de la verdad:

"Pero sé que mi Redentor vive, y que Él, en el último día, resucitará del polvo esta piel mía que se desmorona". - (Trabajo 19, 25)

Evidentemente aquí estamos hablando de la Resurrección de los Muertos con el mismo cuerpo y no con otro. Estas son las palabras proféticas de Job del Antiguo Testamento. Del mismo modo nos profetiza el gran Isaías, también en el Antiguo Testamento: "¡Tus muertos vivirán y sus cuerpos resucitarán!" - (Isaías 26, 19).

Asimismo, el santo apóstol Pablo, permaneciendo fiel a la resurrección de los muertos, no menciona absolutamente nada sobre una llamada reencarnación o varias vidas. "Así es la resurrección de los muertos: se siembra (el cuerpo) en corrupción, resucita en incorrupción". - (I Corintios 15, 42)

Como puedes ver, la Sagrada Escritura es muy generosa en los detalles que nos informan que no tendremos múltiples cuerpos. Sin embargo, hay un versículo del Nuevo Testamento que puede ser entendido por cualquiera, en el que el Santo Apóstol Pablo aclara que tenemos una sola vida:

"Y como está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después sean juzgados..." - (Hebreos 9, 27). ¿Y qué mayor prueba necesitamos cuando el mismo Señor Dios Jesucristo eligió un cuerpo cuando decidió tomar forma humana, el cual resucitó después de Su crucifixión y muerte?

El mismo Cuerpo con el que Él volverá a juzgar a vivos y muertos en Su Reino, que no tendrá fin por los siglos de los siglos, como nos vuelve a decir la Biblia en el libro del Nuevo Testamento:

No lejos del desierto adyacente al valle regado por el río Nilo, hay muchos monasterios: en cada monasterio viven muchos cientos de monjes, cuya entera diligencia consiste en vivir bajo la dirección del abba, sin hacer nada según su propia arbitrariedad, pero en todo dependiendo de su autoridad y dirección. Si alguno de los monjes está deseoso de una residencia más espiritual, se traslada al desierto para hacer ermita, pero sólo con permiso de su abba, porque su primera virtud es la obediencia. Para los que se han retirado a vivir al desierto por mandato del abba, se les entrega pan y algo más de la comida desde el monasterio. Aconteció que en aquellos días en uno de los citados monasterios, el abba envió pan con dos jóvenes a uno de los ermitaños, Recientemente se retiró al desierto y estableció una choza a no más de seis millas del monasterio. El mayor de los muchachos tenía quince años, el menor tenía doce años. Cuando regresaban, se encontraron con un áspid de tamaño extraordinario: no le tenían miedo en absoluto, pero él, como encantado por el encanto, se puso de pie e inclinó su cuello azul hacia ellos. El más joven de los jóvenes agarró la áspid con la mano, la envolvió en un manto y la llevó consigo; luego, habiendo entrado en el monasterio como si fuera un vencedor, desplegó su manto y, no sin secreta vanidad, colocó a la serpiente delante de los hermanos.
Cuando todos ensalzaron la fe y virtud del joven monje, el abba, guiado por el más alto juicio, hizo una fuerte reprimenda a los jóvenes porque anunciaban lo que Dios había hecho por medio de ellos, y castigó a ambos, protegiendo a los jóvenes de la exaltación, advirtiéndoles que el milagro era fruto del poder de Dios, y no de su fe, enseñándoles a servir a Dios con humildad, y no con exaltación de los milagros y de la virtud, porque es mejor ser débil de conciencia que virtud vanagloriosa.
El ermitaño, al enterarse de esto, y que los niños estaban en peligro de encontrarse con la serpiente, y ellos mismos merecían un gran castigo por derrotarlo, pidió al abba que no le enviara pan ni ningún otro alimento de ahora en adelante.
Así habían transcurrido ya ocho días en los que el ermitaño se sometió al peligro del hambre. Los miembros de su cuerpo ardían por el ayuno, pero la mente, dirigida al cielo, no se debilitaba; el cuerpo se agotó por no comer, - la fe permaneció inquebrantable.
Mientras tanto, el Espíritu Santo le informó al abba que visitara al ermitaño. Abba se acercó a él con un sentimiento de piadosa solicitud para averiguar qué comia el asceta de la piedad, que no quería que la gente le trajera pan. El ermitaño, al ver que el propio abba venía hacia él, salió apresuradamente a su encuentro, le dio gracias y lo condujo a su choza. Cuando ambos entraron juntos a la celda, vieron una canasta de ramas de palma llena de pan caliente; colgaba, atada a la barra transversal. Primero, sintieron el olor a pan caliente; cuando tomaron los panes en sus manos, los panes resultaron ser como recién horneados, pero en apariencia no eran panes egipcios. Ambos, asombrados, reconocieron el regalo del cielo: el ermitaño afirmó que el regalo había sido enviado por la venida del abba, - el abba atribuyó el envío del regalo a la fe y virtud del ermitaño. Ambos disfrutaron con gran alegría del pan celestial. Abba, volviendo al monasterio, contó esto a los hermanos: por la historia del abba, las almas de todos los monjes se encendían con tal celo que todos deseaban irse inmediatamente al desierto, a la sagrada soledad.

Historias de la vida de los padres egipcios, cuyos nombres no han llegado hasta nosotros.

☦️San Ignacio (Bryanchaninov)

Cierto anciano del desierto de Skete vino a Terenuf, y aquí se detuvo para descansar. Los hermanos, al ver que estaba agotado por su ayuno, le trajeron un poco de vino. Otros, al enterarse de su venida, le trajeron un hombre poseído por un demonio. El demonio comenzó a calumniar al anciano, gritando: "¡Me trajiste a este bebedor de vino!" El anciano, por su humildad, no quiso echar fuera al demonio, pero por la calumnia que había proferido, le dijo al demonio: “Creo en mi Cristo que saldrás antes que yo termine de beber esta copa”. El anciano comenzó a beber y el demonio gritó: "¡Me estás quemando!" - y antes de que el anciano terminara la copa, el demonio salió del endemoniado por la gracia de Cristo .
Historias de la vida de los padres egipcios, cuyos nombres no han llegado hasta nosotros.

☦San Ignacio (Bryanchaninov)

Dos grandes monjes caminaban por el desierto adyacente al Skete. Oyeron una voz baja de debajo de la tierra y vieron una pequeña cueva; entrando en la cueva, encontraron a una anciana, una mujer santa: yacía enferma. Los monjes, al no encontrar nada en la cueva excepto la mujer enferma, le preguntaron: “¡Mujer! ¿Cuáto tiempo que vives aquí y quién te está sirviendo? Ella respondió: “Hace treinta y ocho años que vivo en el desierto, en esta pequeña cueva, sirviendo a Cristo y estando en pleno contentamiento: durante estos años, hasta el día de hoy, no he visto a una persona; pero Dios les envió a enterrar mi cuerpo.” Dicho esto, descansó en paz.
Los monjes glorificaron a Dios y, habiendo entregado el cuerpo a la tierra, regresaron a sus celdas .

Historias de la vida de los padres egipcios, cuyos nombres no han llegado hasta nosotros.
San Ignacio (Bryanchaninov)
☦️

Se decía de cierto monje que vivió como ermitaño en el desierto, y durante muchos años fue engañado por demonios, creyendo que eran ángeles.
De vez en cuando su padre según la carne venía a visitarlo. Un día, el padre, yendo hacia su hijo, tomó un hacha con él, con la intención de recoger una pequeña cantidad de leña para sí mismo en el camino de regreso. Uno de los demonios, advirtiendo la venida del padre, se le apareció a su hijo y le dijo: “Aquí viene el diablo a ti a semejanza de tu padre con el fin de matarte: tiene un hacha consigo. Te advierto, le arrebatas el hacha y lo matas". El padre vino según la costumbre, y el hijo, tomando el hacha, lo ataco y lo mató. Un espíritu inmundo inmediatamente atacó al ermitaño y lo estranguló .
Muchos de los que han sido corrompidos por demonios han cometido los crímenes más atroces, especialmente asesinatos y suicidios. La mayoría de los ermitaños y reclusos han estado y están expuestos a obvios encantos demoníacos.

Historias de la vida de los padres egipcios, cuyos nombres no han llegado hasta nosotros.
San Ignacio (Bryanchaninov)
☦️