Palabras que hablan

“Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos.”
Sofonías 3:17(RVR)

Cuando estamos seguros de quién es el verdadero Dios, cuando podemos proclamar que Él es nuestro único y suficiente Salvador, podemos apropiarnos de esta hermosa promesa de Dios...

Ni siquiera puedo imaginarme a Dios poniendo semejante atención en mí como para hacer un paréntesis en la eternidad, callar por amor y ponerse a cantar de alegría por mi vida...

Al entregarle tu corazón, Él te salvará... y si tuviera algo que decir de ti, no te señalará sino que callará por amor y se regocijará porque tu vida se une a Él, pues somos justificados por la fe y tenemos paz para con Él.

No te demores un momento más; ríndete a Él...

Puedes orar así:
Señor, toma mi corazón y hazme una persona nueva. Perdona mi pecado y mi indiferencia.
Gracias por tu inmenso amor.
En el nombre de Jesús, amén.

El Señor encuentre en ti un corazón sincero y arrepentido al punto que llegue a “cantar” de alegría por tu vida...

Si fue bueno para ti; compártelo.

Palabras que hablan

“«¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su dificultad, y él los salvó de su aflicción. Calmó la tormenta hasta convertirla en un susurro y aquietó las olas. ¡Qué bendición fue esa quietud cuando los llevaba al puerto sanos y salvos!”
Salmos 107:28-30 (NTV)

A veces nos encontramos como en un pequeño bote en medio del mar durante una fuerte tormenta.
La vimos venir pero nos confiamos demasiado y ahora no hay forma de escapar; la tormenta arrecia y nuestras fuerzas y recursos no alcanzan para huir ni para enfrentarla.

Por supuesto que si estás en una situación así trae angustia a tu corazón y muchos otros sentimientos te perturban y nublan tus pensamientos.
La incertidumbre, el desaliento y el temor se hacen tan fuertes como el embate de las olas.

Deséchalos; abre tus ojos, clama al Señor y observa cómo convierte la tempestad en una suave brisa delante de ti, te saca de tu aflicción y te lleva a un puerto seguro...

Puedes orar así:
Querido Dios socórreme; miro a mi alrededor y parece no haber salida para mí.
Extiende tu mano, calma esta tempestad y llévame en paz a un puerto seguro.
En el nombre de Jesús amén.

Si fue bueno para ti; compártelo por favor.

Palabras que hablan

“Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo honesto, en todo lo justo, en todo lo puro, en todo lo amable, en todo lo que es digno de alabanza; si hay en ello alguna virtud, si hay algo que admirar, piensen en ello. Lo que ustedes aprendieron y recibieron de mí; lo que de mí vieron y oyeron, pónganlo por obra, y el Dios de paz estará con ustedes.”
Filipenses 4:8-9 (RVC)

Cuando pasamos por un tiempo de desilusión; cuando gente muy cercana tiene actitudes y comportamientos que no esperabas y no los puedes comprender; tus pensamientos vuelven una y otra vez a vivir esos momentos, te cuesta dejar de pensar en ello, de repasar esas actitudes inexplicables y no sabes exactamente qué hacer...

Mirar lo negativo, lo malo, lo vil es contagioso, reseca el alma, nos llena de amargura y nos aleja de Dios.

El Apóstol Pablo escribe esta carta cuando estaba encarcelado injustamente; tenía en sus lomos muchas cosas malas como para quejarse y mucho tiempo para pensar, pero elige enfocarse en Dios, el único “Justo y Verdadero” y así encontrar paz en medio de la adversidad y nos alienta a poner la mira en las cosas “de arriba” y no en las de la tierra; en todo lo justo, lo puro, lo honesto, lo virtuoso, lo verdadero, lo amable, lo que es digno de admirar y como recompensa el Señor nos dará su Paz.

Por eso, elige bien cómo piensas...
Porque tal es el pensamiento del hombre, así es su corazón...

Pon la mira en las cosas “de arriba” no en las de la tierra y el Señor te dará su paz como recompensa.

Puedes orar así:
Querido Dios, que hermoso es saber que puedes darme paz en medio de mi aflicción, en medio de mi adversidad.
En tus manos están mis tiempos, mis sueños y mis anhelos; los pongo a tus pies para que se haga tu voluntad.
Enséñame a enfocarme en ti y no en mi adversidad y a no darle lugar a las murmuraciones del enemigo.
En el nombre de Jesús, amén.

Si fue bueno para ti; compártelo.

Palabras que hablan

“Alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre.
Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor.”
Salmos 5:11-12 (RVR)

Algunos se refugian en sus fortalezas; otros se aferran a sus temores o a sus miserias porque allí se sienten seguros.

El temor al fracaso, al rechazo y a quedar expuestos a la vergüenza los condiciona para tomar cada decisión importante en su vida porque su confianza está mal dirigida.

Aún en las cosas más sencillas, el hombre necesita confiar antes de actuar; al emprender un viaje, al afrontar un desafío, al subir a un ascensor, al cruzar una calle, al recibir un consejo... y por sobre todas las cosas al abrir su corazón...

No confíes en ti mismo; en tus fuerzas, tu experiencia o en tus recursos; sean muchos o sean pocos no alcanzarán si el Señor no te toma de la mano para llevarte a donde te quiere llevar.

Busca la guía y protección de Dios para tu vida y por sobre todas las cosas sé Fiel; Él protege a quienes lo aman y los bendice y como con un escudo te rodeará de su favor…

Puedes orar así:
Querido Dios, protege mi vida, mi casa, mi destino y el de mi familia de cosas que ni siquiera conozco que podrían venir.
Sé tú mi escudo protector y trae tu alegría a mi vida al hacer tu voluntad.
En el nombre de Jesús, amén.

Si fue bueno para ti; compártelo.

Palabras que hablan

“El Señor dice: «Estaba listo para responder, pero nadie me pedía ayuda; estaba listo para dejarme encontrar, pero nadie me buscaba…
“¡Aquí estoy, aquí estoy!”, dije a una nación que no invocaba mi nombre.”
Isaías 65 : 1 (NTV)

A veces estamos tan ocupados en nuestras cosas que nos olvidamos de Dios.

Estamos tan pendientes de nuestros asuntos y prioridades que dejamos de lado ese tiempo imprescindible para tener comunión íntima con el Señor.

Dedicar tiempo para la oración y la lectura de la palabra de Dios hace que sea Él quien esté delante de todo proyecto, actividad y decisión en tu vida y su bendición esté sobre todo lo que tengas que hacer o dejar de hacer...

Cuando tomas conciencia que el autor de la vida, el creador del universo, está apartando un tiempo de su eternidad para escucharte y está preparado para actuar en tu favor, tu necesidad se empieza a ver pequeñita delante de su grandeza...

No esperes a estar mal para acercarte a Dios…
Él siempre está listo para escucharte; Él siempre se dejará encontrar.

Ora al Señor cada día, enfócate en quién es Él, más que en tus asuntos y en tu propia necesidad... De pronto brotarán palabras de alabanza de tu boca... el Señor ya te habrá oído.

Puedes orar así:
Qué Grande eres Señor...!, Gracias por escucharme, gracias por estar pendiente de mí y estar siempre listo para oír mi clamor, mi alabanza y mi necesidad.
En el nombre de Jesús, amén.

Si fue bueno para ti; compártelo.

Palabras que hablan

“Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores. Radiantes están los que a él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza. Este pobre clamó, y el Señor le oyó y lo libró de todas sus angustias.”
Salmo 34:4-6 (NVI)

A veces tenemos temores que son razonables y otras veces nuestros temores son “irracionales”; nos paralizan, nos encierran, nos enceguecen, nos llenan de angustia y nos alejan de la Verdad...

A veces, reconocer que necesitas ayuda y que no puedes salir adelante por tu cuenta te puede avergonzar o hacer sentir incómodo, entonces, a pesar de lo que te pasa sigues peleando solo todas tus batallas...

Esta palabra te dice que los que buscan al Señor jamás serán avergonzados y Él les dará la salida.
Clama al Señor, busca su rostro, espera en Él; te librará de todo tu pesar y estarás “radiante” frente a la adversidad...

Puedes orar así:
Querido Dios, Tú conoces Todos mis temores y Todas mis miserias y todas mis angustias... atiende mi clamor y alivia mi pesar.
En el nombre de Jesús, amén.

Si fue bueno para ti; compártelo.

Palabras que hablan

“«Antes de que yo te formara en el vientre de tu madre, ya te conocía. Antes de que nacieras, ya te había elegido.....».”
Jeremías 1:5 (PDT)

Etas palabras de Dios a Jeremías son maravillosas...
Te hacen ver la atención que pone Dios en cada vida...

Dios te formó, pensó en ti, te conoce e hizo planes para su Gloria con tu vida...
Con las capacidades que te dió, los dones que te proveyó con su Espíritu, la preparación que tienes, la experiencia que adquiriste y la disposición de tu corazón, estás para hacer cosas maravillosas y cumplir aquello que Dios pensó que deberías hacer...

Pero si las dificultades momentáneas, los temores, las tristezas y las situaciones que te rodean día a día ocupan tu mente, tu tiempo y tu corazón y si no haces una pausa para ver en qué quiere usarte aquel que “te preparó”, estás desperdiciando todo aquello para lo que fuiste formado sólo para hacer lo que estás haciendo hoy...

Eres único y especial para Dios.
Lo que Él quiere hacer a través tuyo seguramente lo puede hacer con alguien más pero lo quiere hacer contigo...
Si los demás no te ven, no importa... Dios te ve desde el principio y eso es lo que importa...!

Dispón tu corazón, busca su rostro, y espera en fe ver las maravillas que el Señor hará...

Puedes orar así:
Querido Dios, Gracias porque pones atención especial a mi vida.
No quiero hacer otra cosa más que tu voluntad. Guía mi camino y úsame en tus manos para ser de bendición.
En el nombre de Jesús, amén.

El Señor te use y seas de bendición para muchos más.

Palabras que hablan

“Me alegré mucho cuando algunos hermanos vinieron y me contaron que te mantienes fiel a la verdad. No hay para mí mayor alegría que saber que mis hijos viven de acuerdo con la verdad.”
3ª Juan 1:3-4 (DHH)

Estas palabras del Apóstol Juan muestran un corazón amoroso, atento y expectante por recibir noticias de sus discípulos en un tiempo en donde las comunicaciones no eran tan sencillas como hoy y los mensajes podían tardar meses en llegar...

Juan se regocija al saber que sus discípulos; sus “hijos espirituales” se mantienen fieles a la verdad... y no es para menos, porque no hay mayor tristeza que ver a aquellos que conociendo la Palabra de Dios, la dejan a un lado, no le prestan atención, se dejan llevar por los brillos de este mundo y sin darse cuenta se encuentran atrapados en una espiral sin salida...

Cuando alguien que estaba preso en los caminos de este mundo conoce la verdad, la atesora en su corazón y la aplica en su vida, alcanza la libertad y todo comienza a cambiar.

Pero cuando quien conoce la verdad, la desestima, aunque se crea libre para hacer lo que quiera, queda enredado en su propia trampa y nada lo puede librar de las consecuencias hasta arrepentirse y volver a la verdad.

Jesús dijo: _”Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, nadie puede llegar a Dios el Padre sino por mí”

Sigue sus pasos, no hay excusas que puedas improvisar ni otro camino para andar en el que puedas hallar Vida y Libertad...

Puedes orar así:
Querido Dios, a veces uso mal la libertad que me diste, dejo de lado tu palabra, tus consejos y tu verdad. Restáurame y limpia mi corazón.
En el nombre de Jesús, amén.

mPalabras que hablan*

“Dios es quien me infunde fuerzas; Dios es quien endereza mi camino; Dios es quien me aligera los pies y me hace correr como un venado; Dios es quien me afirma en las alturas”
Salmos 18:32-33 (RVC)

A veces no tenemos de dónde sacar fuerzas y tenemos que seguir igual; vemos nuestros caminos muy complicados, nos cuesta transitarlos y sin darnos cuenta nos vamos quedando quietos y nos debilitamos más y más...

Cuando dejas de mirarte a ti mismo y buscas el consejo y la fortaleza en Dios, Él nunca te falla...
Te da fuerzas, endereza tus caminos, alivia tus cargas y te lleva a las “alturas” desde donde “Todo se ve de otra manera”, desde Su perspectiva; la perspectiva de Dios.
Entonces verás las cosas tal como verdaderamente son y nunca más querrás bajar.

En medio de tus dificultades, tus pruebas, tu incertidumbre y tu dolor, aférrate al Señor, Él te infundirá fuerzas y enderezará tu camino y en las alturas te hará andar.
Sí, espera en Él...

Puedes orar así:
Querido Dios, recógeme y afírmame en las alturas para ver todo tal como tú lo ves.
Cíñeme de tu poder y autoridad; renueva mis fuerzas y endereza mis pasos.
En el nombre de Jesús, amén.

Palabras que hablan

“Mi Señor y Dios, tú eres mi roca, mi defensor, ¡mi libertador! Tú eres mi fuerza y mi escudo, mi poderosa salvación, mi alto refugio. ¡En ti confío! Yo te invoco, Señor, porque solo tú eres digno de alabanza; ¡tú me salvas de mis adversarios!”
Salmos 18:2-3 (RVC)

Hay momentos en nuestra vida que son verdaderamente difíciles; situaciones que parecen no tener salida.

Aunque tratamos de estar prevenidos, aparecen de repente y casi siempre llegan cuando menos lo esperamos, cuando no tendría que pasar o cuando estamos con la guardia baja y lentos para reaccionar...

¿A quién acudes en esos momentos? ¿Dónde buscas fortaleza, guía, paz, refugio, provisión y sabiduría para hacer lo correcto y para estar fortalecido ante la adversidad…?

Espera en Dios, Él es nuestra Esperanza y la guía para nuestro camino; Él es nuestra paz, nuestra fortaleza, nuestro pronto auxilio en la tribulación y quien nos libra de nuestros adversarios.

Ora conmigo:
Querido Dios, en ti pongo mi esperanza. En este momento de dificultad busco tu ayuda, tu guía, tu provisión y tu protección...
Gracias porque sé que puedo esperar en ti...
En el nombre de Jesús, amén.