El cebo (1958)

Una niña aparece asesinada en el bosque de un pequeño pueblo suizo. Inmediatamente las sospechas recaen sobre el viejo vendedor ambulante que encontró el cadáver. Únicamente el comisario Mattei duda de su culpabilidad, pero se acaba de jubilar y deja el caso en manos de un compañero. Ya en el aeropuerto, a punto de despegar su avión, a Mattei le vienen a la mente algunos detalles contados por los niños de la escuela; decide entonces aplazar su viaje e investigar el caso. (FILMAFFINITY)

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En esta ocasión, comparto con vosotros una obra maestra del cine. Una producción hispano-suiza dirigida por Ladislao Vajda.

Nunca un tema tan escabroso y horrendo fue tratado con tanta elegancia y con tanta delicadeza en la gran pantalla.

Podremos comprender a través de la trama (sobre todo, en la conversación que mantiene el comisario con el psiquiatra) cómo la ira reprimida puede, en un individuo mentalmente enfermo, derivar en una psicopatía criminal dirigida hacia seres inocentes e indefensos.

Y también destacar la fuerza de los dos personajes protagonistas (el comisario y la madre de la niña). Él, un hombre duro y curtido pero con sensibilidad y dulzura. Y ella, una mujer elegante, modesta y muy femenina, pero fuerte y decidida. El equilibrio de Lo Masculino y Lo Femenino encarnado portentosamente en ambos personajes.

Para los más perspicaces: la sublimación de la fábula de "Caperucita y el lobo", reconvertida en un grandioso cuento para adultos.

TRADUCCIÓN: "Como nos interesa que la gente siga enferma y muera para cumplir con los objetivos de la Agenda 2030, retiraremos de nuestras asociaciones subvencionadas cualquier actividad que fomente la salud y el bienestar del ser humano".

www.saliment.es

Momentary - Ólafur ArnaldsInterpretan: Voces8.

ÉTICA PROFESIONAL Y RESPETO A LA PRIVACIDAD

Quería comentaros, porque algunas personas me lo han preguntado, que cuando en mis artículos explico casos que he tenido con algunos pacientes en mi consulta, la inmensa mayoría de las veces cuento con su aprobación expresa para contarlos.

En otras ocasiones, por ejemplo, hablo de casos que he tenido hace muchos años pero no he podido contactar con ese paciente para que me dé su aprobación, por lo cual suelo optar por escribir un artículo lo más aséptico posible, evitando revelar cualquier dato que pueda dar pistas sobre su identidad.

Sé que la mayoría de la gente que me lee, y, sobre todo, quienes me conocéis personalmente, no necesitáis la explicación que acabo de dar. Pero me parecía oportuno darla.

Nunca está de más.