DIME CON QUIÉN ANDAS …...

“Dime con quién andas …... y te diré quién eres”, que levante la mano quien nunca dijo o escuchó decir esta píldora de sabiduría que parece remontarse al siglo XVI cuando Don Miguel de Cervantes puso en boca del eterno Don Quijote de la Mancha palabras muy parecidas.

Qué gran verdad, una más con la que el refranero popular español nos muestra la inmensa sabiduría que atesora.

No obstante, ¿nos hemos parado a reflexionar si alguna vez si hemos aplicado a nuestra experiencia vital esta afirmación tan certera que anida desde hace mucho tiempo en el inconsciente colectivo?. Estoy seguro que sí, aunque nunca es tarde ni no lo hemos hecho todavía.

No se trata de una afirmación matemática, es decir, de esas que no admiten ninguna excepción, pero la escuela de la vida es una gran maestra y ésta sabe muy bien que, sin ser siempre una verdad incuestionable, se le aproxima mucho.

¿Conocemos algún caso en que hayamos concluido, sin temor a equivocarnos, que tal o cual persona ha cambiado, para bien o para mal, como consecuencia de las gentes de las que se rodea?. ¿Ha podido suceder eso con nosotros?.

No sé si estarás o no de acuerdo conmigo, pero somos nosotros quienes elegimos las personas de nuestro círculo más íntimo con las que solemos compartir experiencias y coincidir en gustos y formas de pensar, estableciéndose vínculos de unión tan invisibles como ciertos.

El entorno del que nos rodeamos habla por sí solo, hasta el punto de poder predecir, muchas veces, el comportamiento de alguien concreto teniendo en cuenta las personas que le rodean. Es una cuestión de vibración, cada cual vibra en sintonía con su círculo más próximo, la influencia del entorno es muy grande.

Es posible que te hayas visto envuelto en situaciones en las que este refrán castellano haya servido de telonero para advertirte de las compañías que frecuentas o, quizá también, como reproche por no haber atendido las advertencias recibidas.

Sin embargo, volvemos a la esencia medular de todas las cosas: la libertad, cada cual es libre de ir con quién quiera, de la misma manera que deberá asumir las consecuencias de su derecho a haber acertado o de haberse equivocado, después de todo, la Vida es un continuo aprendizaje.

Pero eso de “dime con quién andas y te diré quién eres”, o aquel otro también refrán de nuestro acervo popular que dice que “Dios los cría y ellos se juntan”, constituyen dos de las verdades más veces repetidas y también más veces interiorizada por los españoles.

Sabiduría popular en estado puro.

POR FAVOR, HAGAMOS UN FAVOR

Dicen que soñar es gratis y dicen también que para que algo bien deseado termine haciéndose realidad, primero será necesario haberlo soñado. ¿Tienes alguna experiencia de ello?.

Esta pequeña reflexión, ha servido para rescatar el mensaje que me transmitió una preciosa película que he vuelto a ver recientemente y que ya en su día me causó un profundo impacto.

Los protagonistas estelares de la misma no parecen ser los más habituales en esta sociedad nuestra, aunque siempre están muy presentes, sin hacer ruido, pero dejando siempre su impronta.

Es seguro que todos, por activa o por pasiva, alguna vez hemos sido protagonistas de gestos altruistas, generosos, solidarios o incondicionales pero, ¿cuánto fue la última vez?, ¿cómo nos sentimos entonces?, ¿qué significaron en ese momento?, y si nos aportaron una buena sensación; ¿por qué no los hemos repetido más a menudo?.

Todos sabemos lo que es hacer un favor, seguramente hayamos hecho algunos a lo largo de nuestras vidas y es muy probable que nos hayamos sentido agasajados por algunos de ellos también, `pr eso ahora te invito a que hagas un esfuerzo de imaginación, aunque sencillo.

Imagina que hubiera una persona que, agradecida por un favor recibido, se comprometiera consigo misma a devolver ese favor a tres personas desconocidas, que no tendrían que devolvérselo, sino compensarlo haciendo lo mismo con otras tres y así sucesivamente. Cualquier gesto solidario valdría, el valor de un favor no se puede medir, siempre es muy grande.

Se formaría de esta manera una ilimitada “cadena de favores”, el título de esa película en la que un niño tuvo la ocurrencia imaginaria de transformar su pequeño mundo de una manera tan ingeniosa como sencilla, y no olvidemos que todo cambia si cambia nuestra actitud y que el universo se transforma si se transforma el entorno.

Pudiera parecer tan sólo el sueño de un visionario, una especie de cuento de hadas o una utopía tan hermosa como imposible pero, ¿y si no lo fueran?.

Vivimos un momento histórico en el que hasta la gratitud, aparentemente, parece haber perdido parcialmente su valor, creemos tener derecho a todo y que los demás están obligados para con nosotros olvidando la esencia de cada gesto, de hecho, nadie es tan desagradecido como aquel que se olvida del que se tuvo con él.

Aún no he practicado todo esto que te estoy contando pero, ¿y si decidiera hacerlo mañana?, ¿y si también tú decidieras hacer lo mismo?. Estoy seguro que el ejemplo se expandiría y que algo grande habría comenzado, además de haber crecido en humanidad y de habernos hecho un poco mejores.

No será complicado encontrar a nuestro alrededor un millón de posibilidades para hacer un pequeño favor a cualquiera que lo necesite en cualquier circunstancia, poniendo un imaginario ladrillo en una nueva sociedad donde la gratitud volviera a ser un valor esencial. Todo sería más fácil, habría muchas más sonrisas y muchas gentes reencontrarían el sentido a sus vidas.

Habría comenzado la transformación de nuestro realidad.

Por favor, hagamos un favor.

NO TENGO TIEMPO PARA TI

¿Quién de nosotros alguna vez no ha pronunciado expresiones tales como “no me alcanza el tiempo”, “mi tiempo nunca es suficiente” o “necesitaría un día de 36 horas?.

Todos hemos sido responsables activos o pasivos de algunas de ellas respecto a quienes forman parte de nuestro círculo social, ¿acaso muchas veces no suenan a cuenco vacío, a pretexto o a excusa barata?, ¿acaso no te has escondido tras alguna de ellas para escamotear tu auténtico sentir?, ¿no has percibido cuando las escuchabas de otros que ni siquiera quién las pronunciaba creía en lo que decía?.

Es verdad que vivimos amarrados a una matrix siniestra que dificulta que tengamos momentos para reflexionar, incrustando en nuestras mentes que el tiempo no nos da para todo y que se nos escapa como agua entre las manos.

Demorar un encuentro con maquillajes verbales tales como ese “no tengo tiempo para verte, pero ayer precisamente me he acordado de ti”, cuando se trata de personas entre las que existe un afecto, es una maniobra de baja estopa con la que intentar blanquear, sin conseguirlo, la huidiza realidad de las cosas.

En estos casos, ese “no tengo tiempo”, no es que suene a excusa, es que debería sonar a epitafio. No hay falsedad más ruin ni mentira más burda. No existe un pretexto mas falaz ni tampoco una evasiva más inconsistente. Si un amigo no tiene tiempo para ti cuando necesitas de él, es porque no lo es. Y punto.

No admitas un “no tengo tiempo para estar contigo”, porque no vale la pena dedicar tu tiempo para quién no quiere compartirlo contigo. Esta es una verdad muy cruda pero muy real.

No te confundas. Cuando quién se dice amigo tuyo te suelta esa cantinela, eres tú quién ya no debería perder más el tiempo contando con quién no es digno de ti.

Somos libres y, en consecuencia, mientras vivamos, plenamente soberanos también para decidir qué hacer con él, porque aunque llegáramos a no tenerlo, siempre que quisiéramos, lo podríamos fabricar.

Porque el Tiempo no nos posee, somos nosotros quienes lo administramos.

LA NOCHE DE LOS REYES MAGOS

Sin duda ninguna, siempre será la noche de la ilusión. O al menos así la he vivido yo y con ella me he ido haciendo mayor. Ciertamente que si no tienes descendientes directos, ese componente va mermando a lo largo del tiempo aunque siempre queda la esencia.

Es una noche llena de recuerdos preciosos. O al menos esa fue mi vivencia y jamás la he olvidado.

Quizá porque mi santa madre tuvo el atrevimiento de llevarme a mi primera Cabalgata a recibir a sus Majestades los Reyes Magos de Oriente cuando tan solo contaba con 72 días de vida.

Recuerdo aquellos “desfiles” ideados con imaginación y acordes a la época …......, aquellos camellos o dromedarios …..... aquellas lluvias de caramelos lanzados con cierto orden y gusto …..., han cambiado mucho las cosas ….. pero nunca cambiarán las caritas de los más pequeños, esas caritas inundadas de ilusión.

¡Cuantos sueños, cuantas ilusiones, cuantas esperanzas …....!

Recuerdo como mis padres dejaban preparada la mesa para que a Melchor, Gaspar y Baltasar no les faltase un cafecito bien caliente, antes de asegurarse que mis zapatos estuvieran bien limpios.

Luego a dormir …... unas horas que se disparaban en el tiempo y hacían doble la magia, porque fueron muchas veces las que los Reyes Magos vinieron ya en mis sueños para traerrme los juguetes más deseados.

Luego llegaba el despertar …... y la magia se duplicaba mientras me frotaba los ojitos sin poder dar crédito.

Pero, sí, los Reyes Magos había estado aquella noche en mi casita para traernos los regalos más deseados ….. nunca olvidaré aquella escopeta …... quizá el regalo más deseado de la historia de mi niñez …...

Siempre serrá una noche especial, más allá de creencias religiosas, una noche entroncada en nuestras costumbres más ancestrales, aquellas que ahora pretenden desnaturalizar sin escrúpulos tratando de sustutuirla por ese Papá Noel ajeno a lo nuestro que nunca será, afortunadamente, nada parecido a nuestros queridos Reyes Magos, los Magos de Oriente.

Los Magos que siempre vivirán en mí, tal noche como esta.

EL MEJOR ROCK DE LA HISTORIA, un regalo para ti

HORA DE HACER BALANCE

A unas horas ya tan solo de que 2023 expire sus últimos suspiros, ha llegado el momento de hacer balance. Al menos yo sí.

Un año más que se va llevándose alegrías, esperanzas, sueños rotos, ilusiones hechas realidad, momentos para olvidar y otros para recordar eternamente …... y muchas otras cosas …. muchas más.

Lo cierto y verdad es que, al mismo tiempo, los recuerdos se agolpan mientras se aproxima una nueva Noche Vieja.

Las uvas de la suerte nos transportarán a ese nuevo ciclo estelar que supone la irrupción de un Nuevo Año, un pequeño nuevo bebé que esperamos con los mejores deseos y las más sinceras ganas de prosperidad en el sentido más esotérico de la palabra.

Será muy pronto ya el momento de las campanadas.

Será otro de esos mágicos momentos en los que lo mejor de cada uno de nosotros aflorará durante unos segundos, aunque sea sólo por doce de ellos …. los más esperados, los más deseados y los que aglutinan en torno a sí la mayor catarata de buenos deseos que el ser humano sea capaz de concentrar en tan exiguo espacio de tiempo.

Hora de hacer balance.

Hora de prepararse para recibir al Nuevo Año

EL ABUELO QUE NO TUVE

Aunque si conocí a tres de mis cuatro abuelos, era yo tan pequeño cuando decidieron cambiar de lares que, en la práctica, no he disfrutado de ninguno.

Debe de ser una experiencia muy hermosa haber contado con el amor de los abuelos, muy hermosa.

Sin embargo, la Vida quiso que no me perdiera la oportunidad de conocer una experiencia como esa.

Y, aunque no dudo que para cada cual sus abuelos sean siempre los mejores, para mí, Eugenio, mi vecino, fue el mejor abuelo que jamás pude haber imaginado.

Ejerció como tal cuando era niño y adolescente, y siguió haciéndolo cuando era un joven impetuoso y hasta un maduro carente de madurez.

Incondicional, cariñoso, comprensivo y siempre dispuesto, fue el abuelo que por sangre no tuve y que por lazos afectivos nos unimos siempre y eternamente, aún hoy.

Tan cercanos e irrompibles eran que, estando ya muy enfermo, rodeado por sus hijos, y estando yo muy lejos en la distancia para poder despedirme de él, esperó a que yo llegase para, solos en su habitación, compartir juntos sus últimos momentos.

Eugenio, el abuelo que nunca había tenido, no quiso volar hasta el cielo antes de agarrarse a mi mano.

Siempre he creído que me estuvo esperando.

Estoy seguro.

MALDITOS SEAIS

En medio de la indiferencia general y de palabras tan vacías como cántaros de piedra agujereados en su fondo, el exterminio del pueblo palestino avanza imparable sin que nadie quiera ponerle freno.

Pronto se cumplirán dos meses, dirán algunos, pero quiero recordar a todos que el genocidio de este noble pueblo a manos del sionismo criminal comenzó ya antes de la maldita Partición acordada por esa montaña de deshechos que son las Naciones Unidas.

1948 fue la fecha en la que cientos de miles de palestinos fueron expulsados de sus casas y de sus tierras y masacrados sin piedad por el canallesco estado de Israel, un estado que jamás debió haber sido creado y al que muchos jamás reconoceremos su derecho a existir, al menos, sobre el exterminio de otro pueblo.

Desde entonces hasta ahora, hemos visto de todo. Enunciarlo sería casi interminable. Siempre lo he tenido muy claro. Pero el dinero judío es demasiado poderosos como para arrancarle de unas tierras que jamás les pertenecieron. Y para consolidar el exterminio del pueblo palestino, no han dudado en ejecutar los más endiablados y despiadados ataques contra la Justicia y contra los Derechos Humanos del antiguo pueblo bíblico de Canaam.

La última de todas estas barbaridades propias de seres inmundos y sin alma, está siendo la destrucción de Gaza mientras el mundo contempla a través de la televisión como se borra de la la faz de la tierra de un pueblo condenado por todos desde aquel 1948.

La imagen con cuatro recién nacidos hoy, condenados a morir porque en los harapos de hospitales que las alimañas judías aún no han reducido a escombros por completo, ya no hay electricidad para mantener activas las incubadoras, debería avergonzarnos a todos y salir a lasa calles del mundo a parar todo esto. Pero nos conformaremos con mirar la televisión y hacer unos cuántos comentarios.

Malditos seáis judíos, israelíes o sionistas, que más me da.

DESTINO O CASUALIDAD

Destino o casualidad, da igual, lo cierto es que sucedió.

Y esta mañana bonita de azul claro y soleado, una canción, igual que otras veces un poema, es capaz de trasladarte a aquel tiempo cada vez aparentemente más distante pero siempre tan nítidamente vivo.

No importó el tiempo que duró, siempre será eterno, lo importante fueron los recuerdos que dejó, y esos no se pueden pesar ni medir, sólo recordar y siempre pervivir.

Tuvo que ser y fue. ¿Destino o casualidad?, es irrelevante, lo que queda es que nunca se apagará, porque el fuego podrá extinguirse pero no así los rescoldos que siempre estarán alerta por si hay que reavivarlo.

Los recuerdos que dejó ….. su intensidad ….. prevalecen más allá del tiempo en el que se escribieron en el Parnaso de todos los sentimientos, de todos los poetas, de todos los soñadores que, por amar, encontraron una razón para dar sentido a sus vidas.

No fueron muchas horas, pero fueron las suficientes, para que fluyeran muchas desbordantes emociones durante aquel primer encuentro, al que sólo siguió un segundo, también tan ilusionante, pero no mejor que el primero, porque eso fue imposible.

El encuentro tuvo lugar en una encrucijada buscada sin saberlo .... aunque tarde, decía ella, …..aún a tiempo decía él …..., quizá lo mejor estuviera todavía por llegar ….. pues los sentimientos no tienen edad .....

Quizá fuera el Destino, quizá fuera la Casualidad ….. ¿quién lo sabe?, pero ¿acaso importa?.

Lo cierto es que las dos almas se encontraron …. se sonrieron sí, pero ¿se reconocieron?.

La una, sí lo hizo, pero ¿y la otra? …... nunca quedó claro …....

Destino o Casualidad, la vida, durante aquellas semanas, se vistió de Rosa y de Rosa inundó la atmósfera con su más intenso y delicioso fragor.

EL "VOLVERÁN", AQUEL BARCO QUE NUNCA VOLVIÓ