En la antigua sociedad egipcia
(Kemet), las mujeres eran veneradas como seres sagrados y gozaban de gran estima, a menudo consideradas superiores a los hombres en su papel de dadoras de vida, cuidadoras y maestras. Los antiguos creían que cuando un hombre alcanzaba un alto nivel de sabiduría, espiritualidad y poder, se le permitía llevar una peluca
• de pelo largo, símbolo de haber ( alcanzado un estatus de iluminación comparable al de una mujer. Esta idea persiste en los tiempos modernos a través del dicho: «Detrás de todo hombre exitoso hay una mujer fuerte que lo sostiene». Sin embargo, hay una verdad más profunda: Junto a cada hombre fuerte hay una mujer aún más fuerte, que le proporciona estabilidad, sabiduría y paz.

Aryuna, Yo he nacido muchas veces y tú también, pero Yo recuerdo todas mis vidas pasadas, mientras que tú las has olvidado. Yo no tengo nacimiento ni muerte, soy el Señor de todo cuanto existe, y a través de mi poder vengo a este mundo en forma manifiesta. Siempre que languidece la Justicia e impera triunfante la maldad, entonces, oh Aryuna, Yo me encarno otra vez, dándome nacimiento a Mí mismo. Para proteger a los justos y abatir a los malvados, para reestablecer la Virtud, Yo vengo a este mundo era tras era.

Bhagavad Gita, IV, 5-8

Cuando tu intelecto haya trascendido esta maraña de ilusiones, te volverás indiferente a todo lo que has oído y a todo lo que habrás de oír.
Bhagavad Gita, II, 52.

CUANDO LA VIDA ERA PLENA, NO HABÍA HISTORIA
En la era en que la vida sobre la Tierra era plena, nadie prestaba particular atención a los hombres valiosos, ni señalaba al hombre de habilidad.
Los gobernantes eran simplemente las ramas más altas del árbol, y el pueblo era como los ciervos en los bosques.
Eran honestos y justos, sin darse cuenta de que estaban “cumpliendo con su deber”.
Se amaban los unos a los otros, y no sabían que esto significaba “amar al prójimo”.
No engañaban a nadie y aún así no sabían que eran hombres “de fiar”.
Eran íntegros y no sabían que aquello era “buena fe”.
Vivían juntos libremente, dando y tomando, y no sabían que eran “generosos”.
Por esta razón, sus hechos no han sido narrados. No hicieron historia.

“EL CAMINO DE CHUANG TZU” Thomas Merton

“¿Creéis que estos gobernantes tienen algún poder sobre vosotros? Ninguno de ellos puede prevalecer contra la raíz de la verdad (en copto también “corazón”: “la verdad en vuestro corazón”). Porque por su causa, el Revelador apareció en las eras finales, y estas autoridades serán restringidas. No pueden profanaros a vosotros ni a esa generación [aliada al Revelador], porque habitáis en la incorrupción, la fuerza inmortal y virginal, superiores a los Gobernantes y al caos de su mundo”.

La realidad de los gobernantes, 93.20-30, Códices de Nag Hammadi

**“La Madre universal elabora todo lo que su conciencia trascendente transmite desde el Supremo y entra en los mundos que ha creado. Su presencia los llena y los sostiene con el espíritu divino y la fuerza divina que todo lo sustenta y el deleite sin los cuales no podrían existir. Lo que llamamos naturaleza o prakriti es solo su aspecto ejecutivo más externo”.

Sri Aurobindo**

**“Manejo mi espada… no por nadie más, sino por mí mismo… para generar mis propias chispas, aunque sea por un momento fugaz.”

Berserk**

“Los dioses y diosas no son reliquias talladas en piedra. Susurra sus nombres y descubrirás lo que el tiempo no ha olvidado”.

Nathaniel Connors

Imagen: Piedras erguidas de Craigh Na Dun, de Alexandria McQueen

“La Tierra nos habla a todos y, si escuchamos, podemos entender”.

Hayao Miyazaki, El castillo en el cielo

“Así es como la locura del mundo intenta colonizarte: desde afuera hacia adentro, obligándote a vivir en su realidad”.

Jeff VanderMeer, Annihilation