Nikolay Kolchánov hace para el webzine marxista Spichka un repaso del auge del paramilitarismo en Rusia.

Canales con decenas y, en algunos casos, cientos de miles de seguidores: Comunidad Rusa, Hombre del Norte, Hombre Eslavo, Formato Eslavo, centurias negras de Maloféyev, movimiento blanco y otros. Antes de la guerra no contaban más que con unos pocos miles. Funcionan como franquicias: los órganos centrales (normalmente en Moscú) ofrecen apoyo y material a secciones locales. La Comunidad Rusia cuenta ya con 140 secciones por todo el país. En algunos casos colaboran con organizaciones abiertamente neonazis como el ala juvenil de la Comunidad Rusa de Nízhny Nóvgorod el Consejo de Nacionalistas de Nízhny Nóvgorod.

Hablan de la unidad del pueblo ruso, del apoyo a empresarios nacionales y de la defensa de los valores tradicionales. Acosan a las clínicas abortistas, practican redadas contra inmigrantes irregulares y patrullan en colaboración con las fuerzas de seguridad. Kommersant explica, por ejemplo, que, ante el déficit de efectivos, las autoridades de Ekaterumburgo colaboran con la Milicia Rusa, cuerpo creado sobre la base de la Comunidad Rusa local, que en 2024 ha realizado 6500 patrullas, se ha implicado en 561 acciones de orden público y ha descubierto 2800 infracciones legales.

Desde el canal Antifa.ru explican que se trata del nuevo intento del régimen de usar a la extrema derecha en sus propios intereses. Pero la historia demuestra que, cuando termine la guerra y sus militantes, organizados ahora en unidades como Rúsich, la Española y otras, regresen del frente con experiencia de combate, su control será más que problemático.

El autor anima a extender las campañas desde la izquierda para adelantarse a un nuevo putsch de Múnich. Hacer pedagogía de clase entre los obreros y formarse en autodefensa como ya hace, por ejemplo, el Frente Antifascista Estudiantil. Prepararse, en definitiva, para lo peor.

El internacionalismo es difícil cuando lo que prevalece es el frenesí nacionalista. Hablar de justicia y democracia es complicado cuando lo único que parece pesar es la realpolitik impuesta por las grandes potencias. Pero a la larga va a ser el único camino…

El déficit del erario ruso en 2024 va a ser al final el doble de lo presupuestado (27,6 mil millones de euros). Ni los recortes, ni las subidas de impuestos, ni la devaluación de la divisa han sido suficientes. Solo queda imprimir más rublos.

El economista Oleg Komólov explica estupendamente cómo funciona el último chanchullo inflacionario del Kremlin y su Banco Central.
Como la ley prohíbe al Banco Central prestar dinero directamente al gobierno, el Banco Central, explica Komólov, presta dinero a bancos privados. Estos le entregan un aval en forma de obligaciones del Estado de su propiedad. Cuando venzan los préstamos, el Banco Central se quedará las obligaciones de las que percibirá, además, los intereses correspondientes. Esos intereses se considerarán beneficio neto del Banco Central que, conforme a sus Estatutos, está obligado a entregar el 75% de su beneficio a las arcas públicas.

Resultado: 18,4 mil millones de euros extraídos del aire que pasarán a engrosar el presupuesto ruso. Más inflación en un momento en que esta ya está a punto de descontrolarse y el tipo de interés del Banco Central se sitúa en el 21% (y es probable que siga subiendo en los próximos meses).

La cuadratura del círculo: controlar la inflación con constantes subidas de tipos pero sin dejar de imprimir dinero para financiar la guerra...

¿Para qué todo esto?, es una de las preguntas más repetidas desde hace casi 3 años. Pues también para esto.

Los oligarcas Arkády (en la foto con Putin) y Borís Rótenberg se hacen con 10 fincas en Balaklava, Crimea, para construir un club náutico con 600 plazas para yates y hoteles de lujo. Anteriormente los Rótenberg ya se habían encargado del puente de Crimea, entre otros grandes proyectos.

El club estaba proyectado desde 2018 pero había un pequeño hándicap. Los terrenos pertenecían a ciudadanos ucranianos (no crimeos). El todo vale inaugurado en febrero de 2022 lo aceleró todo. Las tierras fueron incautadas y vendidas a precios ventajosos a los oligarcas rusos.

El proceso de apropiación de Balaklava por los hermanos Rótenberg todavía está en marcha, escribe Verstka. Por si a alguien aún le quedaban dudas sobre la naturaleza de esta guerra.

Agentes rusos secuestran a un desertor huido en Kazajstán
El precedente es muy malo. Kazajstán había decidido no entregar a Kamil Kasímov en virtud de la Convención de Kishenev por la que no se extradita a acusados de delitos relacionados con el servicio militar.

No obstante, Kamil fue detenido e interrogado por la policía kazaja junto a colegas rusos en la capital Astaná. A continuación el joven, según ha relatado a su madre en conversación telefónica, fue trasladado por los rusos en un VTC a la base militar rusa de Prioziorsk, Kazajstán. Luego su rastro desaparece hasta que reaparece, de forma que todavía no ha sido esclarecida, en Omsk, Rusia.

Un tribunal militar ya le había condenado en rebeldía a 6 años privación de libertad en régimen estricto.

El informe trimestral oficial augura un incremento del 8% en los ingresos de las arcas rusas para 2024. Lo que, considerando una inflación del 9%, supone una leve reducción.

Los mayores aumentos provienen de la subida de impuestos sobre las rentas y sobre el consumo de los rusos operada en primavera y, cómo no, del expolio de recursos naturales:

- IRPF (+12%),
- IVA (+13%),
- Impuesto de Actividades Extractivas (+29%).

Rusia, en un histórico agujero demográfico.

Según Rosstat (la agencia oficial de estadística) la natalidad lleva dos años batiendo mínimos y ya se sitúa en el nivel de los #salvajes90. En junio de este año los nacimientos se desplomaron en un 6% de golpe, a 99 mil nacimientos, mínimo histórico desde que hay registro.

La mortalidad asimismo crece. El primer semestre de 2024 marcó un incremento del 15% respecto al mismo período de 2023.

#ElPaísDeLosValoresTradicionales compensa en parte su impotencia demográfica con una fuerte afluencia de inmigrantes que aumentó en un 20%.

Tanto el descenso de la natalidad como el aumento de la mortalidad se explican parcialmente por la guerra. Cientos de miles de hombres son sustraídos a la vida civil y lanzados al frente donde decenas de miles de ellos mueren. Cabe esperar, por tanto, un pequeño baby boom cuando termine la contienda como ha pasado en otros conflictos históricos.

Pero a nadie se le escapa que antes de la invasión la situación ya era penosa y, a pesar de los vítores de la propaganda a la economía rusa, las perspectivas para el ciudadano de a pie no paran de empeorar. Las soluciones en las que el régimen pone el acento son de #HolaEdadMedia. Las mujeres deben dejar de estudiar, la familia numerosa debe convertirse en norma, los abortos deben ser perseguidos...

Puro oscurantismo y salvas al aire sin ningún efecto práctico significativo como demuestran los estudios científicos. Para tener una natalidad como la de los países subdesarrollados hay que ser un país subdesarrollado donde la pobreza y la falta de educación hacen que la religión domine toda la vida social y la población no esté familiarizada con los métodos anticonceptivos. A Rusia le falta para llegar a ese punto. Pero, oigan, tiempo al tiempo.

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Airapétov de paso

Brevísima historia demográfica de Rusia Todo apunta a que la supuesta crisis demográfica se va a convertir bajo la batuta del Kremlin en una de las principales obsesiones del régimen ruso. Para algunos la preocupación por la natalidad tiene tintes religiosos.…

En estos días el ruido del caso Dúrov ha eclipsado un descubrimiento sensacional. Y es una lástima. Antes de ayer RTVI publicaba los increíbles resultados de una investigación periodística que revelaba la existencia de Banknota, una sociedad rusa cuyo volumen de negocio solo habría sido superado en 2023 por Rosneft y Gazprom. Y es que Banknota declaró haber obtenido un beneficio neto de 33,4 mil millones de euros.

En su página web, ya inexistente, Banknota afirmaba dedicarse a los préstamos, hipotecarios y de otro tipo. Usaba el nombre comercial de Bank Nota, algo que no está permitido por la legislación rusa si la empresa no está registrada como entidad bancaria en el Banco Central. Que no lo está.

Su propietario declarado es Dmítry Frólov, de 49 años. Los periodistas de RTVI han estudiado su carrera criminal que se remonta a tiempos soviéticos aunque se limita a delitos como robo de embutido de la charcutería o vodka del Alcampo.

En dos días de junio de 2023 se registraron a su nombre Banknota y otras 4 compañías. El propio Frólov en ese momento se encontraba en la cárcel.

Otro hombre que aparece en la documentación de la sociedad (como su representante) es Danila Románov, de 23 años. Hace 6 años Románov huyó de un reformatorio, lo que no le ha impedido figurar como fundador de una empresa de auditorías con un capital social de 1,5 millones de euros en marzo de 2022. En marzo de 2023 cumplía una condena de arresto domiciliario por fraude de la que se fugó pocos meses más tarde.

En diciembre de 2023 Banknota declaró a la agencia tributaria rusa tener una filial bielorrusa: Bank Nota Belarús. Los periodistas de RTVI no han podido encontrar rastro de esa entidad, si bien la información que ofrecen las autoridades bielorrusas es más opaca, por lo que no es del todo descartable su existencia.

A día de hoy no queda rastro material de Banknota. Su sede en un pequeño local de un centro comercial de la periferia moscovita ya ha sido traspasada. Consta una deuda de 3 millones de euros con la hacienda rusa que tiene bloqueadas todas sus cuentas. Pero ni en la policía, ni en la agencia tributaria, ni en el Banco de Rusia responden a las preguntas de los investigadores.

Los expertos financieros entrevistados descartan que Banknota hubiera podido facturar esas cantidades gestionando préstamos. Menos sin disponer de licencia para ello. Señalan que los beneficios probablemente ya han salido del país vía Bielorrusia. No se sabe quién está detrás, ni qué cantidades ha amasado, ni por qué medios. El fantasma de los #salvajes90 deambula por el país.

En mayo de 2024 se registró una primera demanda contra Banknota: un tal Ígor Goldshtein pide la nulidad de un contrato de compraventa de su piso suscrito entre Banknota y un tal Aleksey Reshetniak. La vista está señalada para el 12 de septiembre.

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