No necesitas sexualizarte para verte hermosa.

El linaje espiritual del protestantismo:

A Martín Lutero no le gustaba la Iglesia Católica y fundó la Iglesia Luterana.

A Calvin no le gustaba la Iglesia Luterana y fundó la Iglesia Reformada o Calvinista.

A Enrique VIII no le gustaba que le negaran el matrimonio católico y fundó la Iglesia Anglicana.

A John Smith no le gustaba la Iglesia Anglicana y fundó la Iglesia Bautista.

A William Miller no le gustaba la Iglesia Bautista y fundó la Iglesia Adventista.

A Ellen G White no le gustó lo que dijo William Miller y fundó la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

A Charles T Russell no le gustaba la Iglesia Adventista y fundó los testigos de Jehová.

A Joseph Smith no le gustaba la Iglesia Metodista y fundó la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (los mormones).

A John Wesley no le gustaba la Iglesia Anglicana y fundó la Iglesia Metodista.

A algunos pastores no les gustaba la Iglesia Metodista y fundaron la Iglesia Pentecostal.

A muchos no les gustaba la Iglesia Pentecostal y fundaron miles de iglesias como 'Deja de Sufrir', ‘Asambleas de Dios’, ‘Luz del Mundo’, etc.

El movimiento evangélico surgió de la Iglesia Bautista, mientras que los diferentes movimientos 'Nacidos de Nuevo' surgieron de las Iglesias Evangélicas.

La fe 'Nacida de Nuevo' surgió a fines de la década de 1930 en los EE. UU. y ganó popularidad en las décadas de 1970 y 1980, su época dorada.

Hoy en día existen 35,000 diferentes religiones llamadas ‘cristianas’ que afirman que su interpretación de la Biblia es la correcta.

Ahórrate la frustración.

Sé católico???️

La única iglesia fundada por Cristo.

El Cristianismo salvó la Civilización.

En 1986, la Asociación Médica Estadounidense publicó un artículo titulado "La muerte física de Jesucristo". Detalla todo el proceso desde el juicio de Jesús hasta su muerte en la cruz.

En Lucas 22, antes de que arrestaran a Jesús, está escrito que estaba en gran angustia y sudando sangre. Aunque es poco común, se reconoce como hematidrosis, causada por grandes cantidades de estrés.

En aquella época, la crucifixión se consideraba la peor muerte para los peores criminales. Pero esto no es todo lo que Jesús enfrentó. Soportó azotes tan severos que le arrancaron la carne de Su cuerpo. Fue golpeado tan horriblemente que le desgarraron la cara y le arrancaron la barba.

Una corona de espinas, de 2 a 3 pulgadas de largo, se hundió profundamente en Su cuero cabelludo. El látigo de cuero usado para azotarlo tenía pequeñas bolas de hierro y huesos afilados. Las bolas causaron heridas internas mientras los huesos afilados desgarraron Su carne. Sus músculos esqueléticos, venas e intestinos quedan expuestos, lo que provoca una gran pérdida de sangre. La mayoría de los hombres no sobreviven a este tipo de tortura.

Después de que Jesús fue severamente azotado, lo obligaron a cargar su cruz mientras la gente se burlaba de Él y le escupía.

La crucifixión fue un proceso destinado a infundir un dolor insoportable, creando una muerte lenta y agonizante. Se clavaron clavos de hasta 8 pulgadas en las muñecas y los pies de Jesús. Los soldados romanos sabían que el tendón de las muñecas se desgarraría y rompería, lo que obligaría a Jesús a usar los músculos de la espalda para sostenerse y respirar. Imagínese la lucha, el dolor, el coraje... ¡Jesús soportó esta realidad durante 3 horas!

El Evangelio de Juan escribe que después de la muerte de Jesús, un soldado romano le atravesó el costado con una lanza y salió sangre y agua. Los científicos explican que debido al shock hipovolémico, la frecuencia cardíaca rápida hace que se acumule líquido en el saco alrededor de los pulmones y el corazón. La acumulación de líquido en la membrana que rodea el corazón se llama derrame pericárdico y en los pulmones, derrame pleural.

Para el mundo moderno, el cristianismo es lo más tonto que existe. Creen que es para los débiles e ignorantes. Pero cuando te enfrentas a la realidad de la cruz, claramente no es un espectáculo agradable. Es brutal y horrible.

Este es el peso que llevó Jesús. El peso de los pecados del mundo, todo para que podamos vivir. La ira de Dios está plenamente satisfecha en Jesús.

Me encontré con esta historia breve recientemente, y captura tantos elementos de la vida que quise compartirla.

A los 40 años, Franz Kafka (1883-1924), que nunca se casó y no tuvo hijos, paseaba por un parque de Berlín cuando se encontró con una niña que lloraba porque había perdido su muñeca favorita. Ella y Kafka buscaron la muñeca sin éxito.

Kafka le dijo que se encontrarían allí al día siguiente y que volverían a buscarla.

Al día siguiente, cuando todavía no habían encontrado la muñeca, Kafka le dio a la niña una carta “escrita” por la muñeca que decía: “Por favor, no llores. Hice un viaje para ver el mundo. Te escribiré sobre mis aventuras”.

Así comenzó una historia que continuó hasta el final de la vida de Kafka.

Durante sus encuentros, Kafka leía las cartas de la muñeca cuidadosamente escritas con aventuras y conversaciones que a la niña le parecían adorables.

Finalmente, Kafka trajo de vuelta la muñeca (compró una) que había regresado a Berlín.

“No se parece en nada a mi muñeca”, dijo la niña.

Kafka le entregó otra carta en la que la muñeca escribía: “Mis viajes me han cambiado”. La pequeña abrazó a la nueva muñeca y la llevó feliz a casa.

Un año después murió Kafka.

Muchos años después, la niña, ahora adulta, encontró una carta dentro de la muñeca. En la minúscula carta firmada por Kafka decía: “Todo lo que amas probablemente se perderá, pero al final el amor regresará de otra manera”.

Los médicos concuerdan en el esfuerzo titánico que suponía para un crucificado el hecho de hablar.

Tenía que apretarse contra la cruz y empujar su cuerpo hacia arriba para aliviar la presión ejercida en sus pulmones lo suficiente como para emitir el aire necesario para hablar.

Cristo no dudó en someterse al sufrimiento que hizo falta para emitir ocho palabras de piedad y amor hacia quienes le torturaban:

—Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

“No abandones tu soledad tan rápido. Deja que te atraviese más profundamente. Déjala fermentar y sazonarte como pocos humanos e incluso ingredientes divinos pueden hacerlo. Algo que falta en mi corazón esta noche ha hecho que mis ojos sean tan suaves, mi voz tan tierna y mi necesidad de Dios absolutamente clara”.

Hafiz

Madurar es entender que nuestros abuelos eran más basados que nosotros.

La tradición no es la conservación de cenizas, sino la preservación de fuego.

Me siento orgulloso de decir que soy católico porque pertenezco a la Iglesia de grandes teólogos como Tomás de Aquino, grandes artistas como Miguel Ángel, grandes narradores como J.R.R. Tolkien, grandes guerreros como John Sobieski y grandes científicos como Mendel.

¿Qué te hace sentir orgulloso de ser católico?